Llegó el momento del reencuentro y de empezar a pensar qué queremos como agrupación para este año.
A diferencia del anterior, contamos con un equipo de trabajo más o menos estable y con cierta experiencia y pasado común. Eso hace que debamos establecer algunos acuerdos, en función de las expectativas que tenemos.
En la primera reunión de este año surgieron algunas ideas muy fuertes que queremos compartir con todos y que, por supuesto, serán complementadas con los aportes de cada uno de ustedes :
Privilegiar la búsqueda del bienestar grupal, el crecimiento espiritual, la camaradería, el compañerismo: que la música no sea un muro que aisla sino un puente que une. No nos convoca el rigor de la técnica sino el placer de cantar.
"Escuchar" a los demás, en el más amplio sentido de la palabra. Es imposible lograr la armonía si sólo nos escuchamos a nosotros mismos.
Comprometerse con los objetivos comunes, aprender con entusiasmo, tomar los desafíos con alegría y voluntad.
Comprender que el canto coral es, antes que nada, un aporte para mejorar nuestra calidad de vida: recibimos mucho más de lo que damos en cada ensayo y en cada presentación.
Compartimos un artículo aparecido en la revista "Noticiero Coral", gracias a la gentileza de Eduardo Quinteros, quien realizó el aporte.
La voz es uno de los canales expresivos más ricos que una persona posee. Cantar entusiasma, emociona, une, representa … Muchas personas se acercan a un coro con búsquedas diferentes, hay quienes desean “aprender” a cantar, quienes buscan un espacio de canalización de sus intereses artísticos o quienes buscan ocupar su tiempo libre, compartiendo con un grupo de pares.
Personalmente, considero que el canto coral es una de las actividades artísticas más completas y ricas para la formación y el crecimiento personal. Intentaré en este espacio, explicar por qué. El trabajo coral permite que cada persona conozca y explore las posibilidades expresivas de su voz, a través de la adquisición de una correcta técnica vocal. Esta se basa en pilares fundamentales que son: relajación (total y parcial), respiración (adquisición de una correcta mecánica fono respiratoria) e impostación (basándose en la exploración de los resonadores naturales y en la correcta apertura de la boca).
Además, en el coro se aprende a concertar con las otras voces, desarrollando independencia auditiva, se vivencian distintos aspectos de la expresión musical: matices, variaciones de movimiento (velocidad), distintas articulaciones, se adquieren nociones de estilística musical, buscando a través de todo esto, el desarrollo de la propia sensibilidad.
El trabajo expresivo apunta a lograr una interpretación sensible, el más alto logro de un coro, aquel que permite que todos los integrantes vibren en una misma frecuencia, sintiendo una unión especial a través de la cual llegan al público, logrando a veces una conexión difícil de explicar con palabras.
Los proyectos que surgen del seno de un coro suelen plantear necesidades económicas que rara vez tienen apoyo externo al grupo y esto genera trabajo extra, que muchas veces lleva tanta o más energía que el trabajo musical. Rara vez los coros tienen resueltos los aspectos económicos que surgen de sus giras, conciertos, encuentros.
A pesar de que a veces el trabajo organizativo resulta pesado, de que sería mucho más fácil tener algún apoyo económico, saber que el coro puede, por la fuerza del grupo, autogestionarse, ayuda a la cohesión grupal, porque sólo con el trabajo democráticamente resuelto, con el esfuerzo de todos, se puede llegar a buen puerto.
La cuestión especial es que todos necesitamos de todos en el coro, cada integrante del grupo, desde el director a cada coreuta, necesita inequívocamente de todos y cada uno. Y en ese compromiso y en esa suma de voluntades hay un verdadero centro de resistencia al individualismo creciente en la sociedad de hoy.
Muchas de las personas que integran un coro, no leen música ni tienen conocimientos musicales específicos, pero sin embargo logran comprender y utilizar conceptos para desarrollar habilidades que les permiten desarrollar su sensibilidad, logrando una profunda elevación personal, y una revalorización del uso constructivo de la fuerza del grupo.
El canto coral posee cualidades formativas muy valiosas a nivel personal, en el crecimiento vocal de cada uno, en la concertación grupal y en el nivel de expresión musical alcanzado, pero también constituye una fuente de desafíos, un valioso tiempo compartido en pos de un objetivo común, una clara demostración de que con esfuerzo y compromiso grandes logros son posibles.
Laura Inés Carabelli Coro Mester de Juglaría – Trenque Lauquen
(Extraído de: NOTICIERO CORAL, DICIEMBRE de 2010 AÑO 11 – Nº 100 SAN CARLOS DE BARILOCHE, RIO NEGRO, PATAGONIA, REPUBLICA ARGENTINA)
Ilustramos con un fragmento del excelente trabajo del director argentino Leonardo García Alarcón.
Noé : Fernando Guimarães, ténor Rad : Mariana Flores, soprano (argentina) La Justice divine : Evelyn Ramirez, contre-alto La Mort : Fabián Schofrin, contre-ténor L'eau : Magali Arnault, soprano Dieu : Matteo Bellotto, basse La Nature humaine : Caroline Weynants soprano
La Cappella Mediterranea - Chœur de chambre de Namur